SEÑOR JUEZ DE PAZ
Tengo un entredicho con José Felix -para mi turco, aunque el dice que es sirio - quien
como es de su conocimiento se hospeda en
este inquilinato compulsivo debido a su participación – junto a otros parroquianos -
en una bailarata clandestina, violatoria
de la cuarentena decretada por el gobierno, tras el
recrudecimiento de la epidemia conocida
a lo largo y ancho del planeta como Moquillo XIX.
Como también sabe, este comerciante se desplaza en un carromato, único en el mundo con sombra natural, ya que a
raíz de estacionamientos y pernoctes en la campaña, debajo de las arboledas, le nació
dentro de un balde de hojalata al lado del pescante, un molle
que dejó crecer y no retiró nunca, para guarecerse en el camino de los solazos
veraniegos y de la lluvia.
El arbolito de un follaje
ya considerable además de
la protección indicada le proporciona una solución a la soledosa vida de vendedor ambulante,
ya que se posan pajaritos de la más
diversa subespecie y familia a trinarle y cortejarse entre el ramerío.
Con decirle que hasta una pareja de horneros
se animó, hizo nido y
sacó pichones sobre una rama gruesa.
Fue quizás –y sin quizás – el primer nido de
hornero viajero que se tenga conocimiento en estas latitudes y mas allá aun …
Y paso a
desarrollarle el intríngulis.
Durante su reclusión aquí -estando el carro aparcado frente a esta comisaria- se desfondó
el balde de hojalata, largó raíces
a través del piso del cuatri-rodado que
tocaron suelo, y el molle envalentonado por la humedad de la cuneta pegó un estirón
monumental.
Ayer cuando el turco vio la luz , mandó arrimar la yeguita mora para engancharla al vehículo y en el momento que fue a prenderla recién notó el enorme árbol atravesándole
el carro por el medio.
Pidió un hacha, pero trancó conmigo.
- - Para cortar un árbol del ornato público
tenés que pedir autorización al Municipio – le dije.
- - El árbol es mío –retrucó Felix
- - No... ahora es del Municipio y el trámite para
cortar árboles de la vereda lleva su tiempo.
Se me quiso desacatar y le proporcioné un “tranquilizante”, alojándolo
nuevamente en forma preventiva.
Asi que mañana lo tendrá en su recinto del orden para
resolver este entredicho
Sin otro particular lo saludo atte poniendo en su conocimiento - para que lo tenga en cuenta al momento de
dictar su veredicto, el que goza de las garantías
que otorga la independencia del poder judicial que usia representa - que el molle da una hermosa sombra justo frente a la ventana de mi oficina y
sería una picardía ordenar su remoción.-
EL Comisario de Vergara
Qué tiempos aquellos en mi "Pueblito"
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