Páginas

Leyendas y Supersticiones. LA MUERTE DEL CHANCHO NEGRO

                    

Vergara 25 de julio de 1915

Señor Juez de Paz


En la pasada noche preso de un ataque de pánico,  embarrado de pies a cabeza y con un hedor insoportable, irrumpió en mi despacho Liborio  Caetano  denunciando haber sido atacado por el mismísimo Chancho Negro en la costa del arroyo Parao,  cuando buscaba un ternero que se le había extraviado en la oscuridad.

Debo informarle que ha recrudecido en el pueblo el avistamiento de visiones  tales como el propio Chancho  Negro, La mujer de Blanco y el  Angel del Puentecito, amen de un cúmulo de luces malas que se ven a lo lejos.

Eso provoca en la población supersticiosa  una gran intranquilidad,  apelando a esta autoridad que ya bastante trabajo tiene  con  los hechos vulgares y silvestres acaecidos en  la seccional.

Liborio declaró que la entidad lo topó a traición a la altura de la rabadilla tirándolo de cabeza dentro de un lodazal nauseabundo, y que cuando pretendió incorporarse   sintió que algo caliente y pesado se le venia encima, pudiendo vislumbrar  solo un  par de ojos al rojo vivo como brasas y dos enormes colmillos brillantes como el marfil.

Dijo además que logró  darse vuelta panza arriba y sacar el facon de la cintura;   y que cuando la visión se le vino encima se ensartó solito en el puñal colocado como lanza; luego  pego un bufido,  un par de pataletas  y quedó inmóvil apretándolo contra el suelo.

Agregó que  ni bien se  lo sacó de encima,  corrió a la comisaría a denunciar no solo el hecho en si sino  la buena nueva y  que esta comisaria trasmitiera tranquilidad  a la población para que dejara de trancar las puertas temprano por miedo a la aparición del aterrador Chancho Negro.


Hoy temprano  al aclarar el dia, se hizo presente en mi oficina  Bernardino Silvera vecino de la costa del arroyo, denunciando que personas desconocidas –seguramente en horas de la noche- le habían matado de una certera puñalada un chancho grande que estaba engordando para faenar a la entrada del invierno.


Por suerte no hice publico  el comunicado  y mande traer primero al chancho y luego a Liborio,  que lo tengo a su disposición para mañana declarar acerca de los hechos  relatados ut supra y determinar responsabilidades en el homicidio del cerdo cuya autopsias la viene llevando a cabo el  Emeterio Rodriguez.

Lo saluda cordialmente su amigo y correligionario,  dejándole avisado por este medio que le reservé 3 ruedas de chorizo que penden allá arriba en carancho,  a resguardo del mosquerío para cuando guste retirarlas.

                                                              El Comisario de Vergara

2 comentarios: