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DUELO CRIOLLO


                                                                                      VERGARA 15 de mayo 1916

Advertidos por algunos vecinos, nos vimos obligados a interrumpir un ocasional  truco de seis en este destacamento para salir a atender una lucha cuerpo a cuerpo y a facón entre  Atanasildo Antunez y Bonifacio Techera.

El aviso llegó en el preciso momento en que el cabo Esmerejildo  Espinosa -en un pico a pico- me cantaba 47 en una contra flor al resto que le eche con 3 negras del mismo palo.
Nos constituimos rápidamente en el lugar, escuchando al llegar,  el repiqueteo de los fierros al chocarse y abriéndonos paso entre la montonera de mirones nos topamos con los dos contendientes  acometiendose  con bravura.

Cuando di la voz de alto, dos sujetos se me a personaron  preguntándome con insolencia:
-Que calcula que está haciendo  Comisario?
-Como que hago -le respondí- detengo esta carnicería, cumplo con la ley.-
-Ta equivocau -manifestó uno de ellos- lo que está viendo es un duelo criollo legitimo, que cumple con la normativa que establece la ley de duelos número ----.

Legalmente impedido de actual quede mirando aquella barbaridad y volví a preguntar:
-Y digame Don .... es a primera sangre...?
-No señor Comisario, es hasta la última gota- contestó uno de los padrinos.
Tajo va, tajo viene, en una de las tantas topadas, quedaron abrazados, cara a cara,  mirándose profundamente a los ojos, inmóviles, como esperando música para arrancar a bailar
-Se habrán reconciliado -me dio por pensar- pero no, habian quedado ambos ensartados cada uno en la daga contraria, en pie como si hubieran querido penetrar al mas alla prestos para seguir peleando, para terminar de lavar allá las ofensas terrenales  que los llevó dirimirlas en el campo del honor.

Ordené humana sepultura a los duelistas y me traje detenido a un grupito de insensibles e irresponsables que aprovecharon la contienda para apostar a la mano de uno y otro.

Corridas las diligencias referenciadas ut supra, este destacamento retorno a sus tareas habituales  y específicamente al truco que habíamos dejado trunco , ordenando que se diera la mano interrumpida nuevamente ,bajo la energica protesta del cabo Esmerejildo  Espinosa que quería hacer valer sus 47 en el tanteador.

Mire si se lo iba a permitir.

Sin mas  lo saluda su amigo y correligionario

                                                                                 El comisario de Vergara


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