Vergara 15 de febrero de 1935
Señor Juez De Paz
Debo comunicarle el luctuoso hecho en el cual
2 inmigrantes europeos –vascos ellos- perecieron en el reciente
campeonato de pesca organizado por la Asociación Vergarense
de Cazadores y Recolectores, corporación
con la cual bastante lío hemos tenido debido a la amplitud
del concepto que tienen entre animal
domestico y salvaje, que los lleva a mandan al asador todo bicho que camina…. al decir de Martin
Fierro.
Y paso a relatarle los hechos:
En la tarde de ayer un nutrido grupo de asociados concurrió a la Laguna de Alves con el fin
de participar en dicho campeonato y luego de la encarnada de rigor comenzaron a
lanzar sus líneas, disponiéndose alrededor del referido espejo acuoso.
En sitios opuesto de la laguneta – vale decir
enfrente uno de otro pero separados por la
masa liquida - se sentaron, el vasco
Ruperto Olarticoetchea Ituarte y Benjamín Larramendi; y revolearon sus piolas –al igual que todos- en cuyas puntas pendía una enorme plomada, la
del primero un pistón de un motor de
riego de Arrozal 33 y la del segundo una
barra de dirección de Ford T. .
Los dos aparejos impulsados por la fuerza que
caracteriza a estos individuos fueron a dar al
mismo tiempo al centro de la laguna, provocando el chapuzón un oleaje que sacó limpito de la banqueta al viejito
Remedios Techera depositándolo a unos quince metros de la barranca, amen
de un profuso desparramo de elementos y útiles y la mojadura del resto de los pescadores..
Conforme transcurría la tarde todo el mundo
sacaba, siéndole esquiva la suerte a los vascos. Hasta que en un momento dado
Ruperto, al grito de “me picó” manoteó
la línea le pegó un tironcito y quedo
alerta… casualmente del otro lado Benjamín , sintió un picotón en la
suya y cinchó con fuerza .
Ambos vascos seguros de que algo había mordido
empezaron a recoger la piola ávidamente, pero con mucha dificultad pues un
metro que sacaban, acto seguido el
“pez” los metía un metro o dos rumbo al agua.
La lucha era sin cuartel -de tire y afloje- a ambos lados de la laguna:
- Esto debe ser un bagadu enorme decía Ruperto…. -Lo mío tiene que ser tararira y machaza por lo
peleadora, o una anguila, que clavo la cola en el barrial, pensaba el otro…
La pelea favorecía a los pescados; ambos vascos cada vez estaban mas metidos en
el agua tratando de clavar el talón en
el fondo resbaladizo para no ser arrastrados al centro por aquella fuerza
poderosa.
Imposible….
Encarnizados en la lucha aferrados a la piola fueron de a poco desapareciendo en las aguas bajo la atónita mirada de sus
colegas que nos sabían que hacer, hasta que solo se vieron gorgoritos en la
superficie.
Tras la denuncia, concurrimos con un bote que
nos prestó Juan Rojas- antiguo botero
del Paso del Parao- para rescatar a los
sumergidos y los reflotamos tras ardua
tarea; a ellos y sus respectivas líneas
cuyos enormes anzuelos se habían
enganchado entre si, sin rastros de pez alguno.
Suspendí inmediatamente la competición dada la
gravedad de lo acaecido; no pudiendo
hacer los mismo con el chupin de bagre, aritos de anguila fritos, milanesiada de tararita y carpincho, con vino
abundante, que debió hacerse obligatoriamente
por la noche, dado que no ha llegado el invento de la heladera a esta localidad; festichola a la que me vi moralmente obligado
a concurrir con mis secuaces para brindar mis respetos a la memoria de los
compañeros caídos.
Atte
Comisario de Vergara
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