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LOS PAPELES DE VERGARA o LOS VERGARA PAPERS

                                                                  Vergara, 7 de abril de 1908
Señor Jefe Politico
Hará de esto un mes… fue  jaqueada     la enorme caja fuerte de la oficina del  escribano  Pedro Hegoburu,  que albergaba   copiosa  documentación producto de su prolongada actividad profesional  en Vergara.
El saqueo ocurrió en horas de la noche  y fue perpetrado por  alguien que le acertó a la clave, mientras el notario tomaba  té y jugaba a la generala en casa de las señoritas Vergara .
Radicada la denuncia  esta mañana temprano, salimos a la caza de el o los malandrines  y nos encontramos con algo nunca visto.
En la vidriera de los principales comercios  del pueblo se exhibía  el periódico  Ecos de Vergara  con un gran titular en la tapa que decía  LOS PAPELES DE VERGARA , y en  su interior publicaba  el contenido de un cúmulo de documentos  que  resguardaba   la caja fuerte.
Cosas tremendas decía….. como que  el caballo tordillo –el temible Pipoca- ganador de cuanta penca se corriera en la zona no era propiedad del petiso Montero –detenido en está al comprobarse que se trataba de un equino contrabandeado- sino de mi amigo el Juez de Paz.
Que el verdadero titular  del Rancho de la Alegria no era madame Genoveva Ciboulette sino mi sobrino el Presidente del  Vergarense Futbol Club .
Que mi hermano el  Guarda Aduanero y  además presidente  del Comité de Etica y Trasparencia del Contrabando Hormiga,  era propietario de 4 carros empadronados en el Concejo local y que se menciona por testigos su  habitual presencia en la ciudad de Yaguaron.
Amén de  otras barbaridades,  como que  la botica es del  médico supernumerario –  es ilegal que un médico tenga farmacia-  que los concesionarios de la cancha de taba pagan diezmo para que el cura no los destrate en el sermón;   que los burros alquilados al Concejo para trabajos varios, son del propio Presidente de este organismo;  que el Hotel de Claussen es de su mujer (no de la mujer de Claussen sin de la suya señor Jefe); que el Bar El Ombligo  que vende caña y tabaco ilegal del país norteño y  es atendido por mi cuñado …  es mio.
Sin perder la calma, con la serenidad y aplomo con que la autoridad debe llevar adelante estos procedimientos  - siempre afiliados al factor sorpresa que suele ser nuestro aliado- fuimos a la casa del periodista  le  arrumbamos la puerta de una patada , lo manoteamos del pescuezo y lo instalamos  directamente en el cepo, para mas tarde tomarle declaraciones sin ningún tipo de presión.
En una biblioteca de la casa descubrimos todos los papeles nombrados y muchísimos otros que seguramente se publicarían mas adelante, y los trajimos a la comisaria donde los guardamos celosamente para ponerlos a disposición de la justicia,  quien con la imparcialidad  que debe ser –que caiga quien caiga- deje  en claro la verdad o falacia de los  hechos publicados.
Pero a veces sucede que los valores superiores de justicia y verdad se ven entorpecidos por vicisitudes incalificables.
Resulta que debi ausentarme 24 horas del pueblo y la tropa a mi cargo fue atacada sin lastima por una caganera brava, e ignorantes del valor de  la documentación incautada  recurrieron a ella en masa no quedando  en nuestros armarios uno solo de los papeles   decomisados.
Se imagina la contrariedad,  no solo de quien  habla sino de los demás implicados en los Papeles de Vergara,  quienes estábamos dispuestos a defender nuestra inocencia a capa y espada,   refutando las falsedades que esos papeles contenían, quedando los vecinos ahora con el   “será a no será”  que tanto perjudica la ética y la moral de  los servidores públicos.
Bueno sin otro particular  lo saludo con mi estima personal y política solicitándole  un envió  extra de papel de astraza para atender la necesidades de la  tropa, la mía propia, la del cura y la del Juez.
                                                                                  El Comisario de Vergara




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