Sr Jefe Politico
¡¡¡ Que traste tan delicado tiene esta milicia - expreso iracundo, golpeándome el escritorio con su puño, el delegado del Tribunal de Cuentas!!!.
Su visita intempestiva a la comisaria se debió a la compra que efectúe de las 12 monturas de alto impacto para los equinos de la tropa a mi cargo.
Pagué 3000 reales por cada una, saladitas, es cierto, pero el gasto lo realice en aras de la salud de mis subalternos que cabalgan hasta 24 horas persiguiendo malvivientes por sierras, montes y quebradas
Pero a este burocrata del asfalto nada le importó la ciática de Antolín, la escoliosis de Prudencio, la hernia del petiso Cigales ni las almorranas del agente Porfirio Pintos.
El cuestiona el gasto pensando solo en el equilibrio fiscal del estado, olvidándose de la salud de sus sacrificados servidores.
No sabe Usted Jefe la paspadera que me he agarrao en la entrepierna, de andar enhorquetadoo en esos bastos viejos, duros como una piedra. Seguramente la baja natalidad en la familia de nuestros guardiaciviles es debido al golpeteo prolongado de la masculinidad en esas sillas ordinarias.
Le expliqué clarito al inspector del Tribunal que estás sillas son ergonométricas, que están especialmente diseñadas para realizar un trabajo de 24 horas en tres turnos y duran una eternidad.
Pero su respuesta fue lapidaria : Me importa un rábano, aca hay un gasto excesivo y UD ni llamó a licitación . Como ordenador del gasto es responsable de este mal negocio.
Y agregó.. Estamos en Uruguay acá el funcionario público que hace perder plata al estado paga. Es la regla. Así que apronte la billetera.
Me entregué. Pero antes de firmar la terrible notificación que me obligaría a vender las ovejitas, pa que viera que no soy rencoroso, lo invité a una cabalgata para probar la nueva silla.
Y ligó tan mal el pobre, porque le ensillé sin querer el matungo que está domando el cabo Almeida pa incorporar al plantel, y ni bien boleo la pata se enroscó a bellaquear y en un par de sacudidas lo lanzó al espacio, aterrizando a unos 20 metros provocándole traumatismos considerables.
Es todo cuánto tengo que informar dándole cuenta que por ahora no llevaré a remate los lanares, cosa que haré cuando el inspector salga de la licencia médica y se me notifique oficialmente su resolución si es que no me llegó la jubilación.
Atte
El Comisario de Vergara.
Tropeando en La Calavera -departamento de Treinta y Tres
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